5 hábitos que han mejorado mi IBS

A finales de 2023 fui diagnosticada con el síndrome de colon irritable. Que, según lo que conozco hoy día, es un padecimiento crónico que sigue siendo poco comprendido por las ciencias médicas.

En parte, la condición tiene que ver con un desorden en la cantidad y tipo de bacterias presentes en los intestinos debido al patrón de alimentos que consume la persona, como también con la cantidad de hormonas del estrés que el individuo maneja a diario.

Para una periodista, dominicana de Washington Heights residiendo en Filadelfia, el deber de trabajar en un ciclo de noticias 24/7 y verme limitada a comer alimentos que no son saludables ni culturalmente apropiados para mi metabolismo afectó mi salud de manera severa.

Mis primeros síntomas fueron en septiembre de 2023 con aventamiento exagerado junto a un exceso de gases y unos dolores muy molestos en el área abdominal que no me dejaban dormir en las noches. Luego, me llegó la fatiga, el estreñimiento y la diarrea, los escalofríos y temblores involuntarios, la pérdida de peso, la ansiedad y la pérdida del cabello. Todo un asunto. Nunca había vivido algo parecido.

Con la orientación de una amiga (gracias, Johanna) y más miedo que disciplina, me sumergí en un proceso de sanación y mejoramiento de mi salud física, mental y emocional que hoy, un año más tarde, me veo en la capacidad de contarles cómo lo he logrado.

Noviembre 2023

Aquí cinco hábitos que han mejorado mis síntomas:

1. Una nueva dieta

Cuando digo dieta, me refiero a todo lo consumido incluyendo las noticias a las que le pongo atención y la gente con quién comparto.

El descartar energías y alimentos y, por ende, incurrir en una desintoxicación total me ha permitido que, con el paso de los meses, probar qué cosas me hacen bien y qué necesito continuar excluyendo.

A nivel de alimentos, tuve que dejar las pastas, casi todo tipo de pan y queso, las papas, la leche de vaca y toda bebida embotellada con azúcar agregada. Concentro mi consumo diario en carnes de todo tipo, mucho arroz y mucha agua, yogur griego con poca azúcar, frutas, nueces y vegetales que no se fermenten en el tracto intestinal, tipo zanahorias.

2. Consumir suplementos

En lo que esperaba por una cita médica con mi doctora de cabecera para el 3 de julio de 2024, me puse a investigar y aprendí que los suplementos de prebióticos y probióticos son cruciales para mejorar el balance de la microbiota intestinal.

Desde principios de año estoy tomando unos tés a base de hongos que, además, alivian mis fatigas y mejoran mi rendimiento a lo largo del día. Y al mediodía me tomo una cápsula diaria junto con el almuerzo para que ambos microbios en conjunto regulen mi sistema digestivo.

Al alterar mi consumo de alimentos también decidí mejorar mi balance nutricional al incluir suplementos de proteína, que tomo interdiario o tres veces por semana. Últimamente, estoy incorporando suplementos de hierro, calcio, magnesio y vitamina D3.

3. Moverme con intensión

Al momento de enfermarme, ya llevaba tiempo haciendo ejercicio físico de manera regular. Por tanto, continué haciendo mi rutina de cardio con pesas, tres a cuatro veces por semana, esta vez viendo mis sesiones como un escape al To-Do List de cada día y no una cosa más de quehacer. Con esta nueva mirada, veo mis entrenamientos como actos de descanso y rebelión ante una realidad que me tiene trabajando de manera constante.

4. Hacer una rutina de sueño y descansos

Tengo el beneficio de portar un rastreador (al que Apple le llama reloj) que me permite medir mis horas de sueño y la calidad con que duermo. Usando la aplicación Health en el iPhone me ayudo a estar en cama, más o menos, a la misma hora siempre y dormir a partir de las 10:00 cada noche sin distracciones. ¡Qué dicha tienes si te escrito o tomo una llamada después de esa hora!

Y durante las horas del día, procuro salir a visitar mis vecinos para ver cómo están. Eso me sirve de escape. También salgo a caminar por 20 minutos para tomar sol y despejar la mente, por frío que esté.

Últimamente, estoy volviendo a compartir con amistades, con gente de energía vibrante y en espacios low key provechosos, donde pueda escuchar música caribeña, leer un libro, comer lo que mis intestinos me permiten sin tener que tomar alcohol o hacerlo en exceso.

5. Un registro de actividades diarias

Escribir en un diario no es nuevo para una mente tan ocupada como la mía pero, esta vez, estoy redactando memorias de manera más detallada y utilizando la aplicación My Fitness Pal para llevar las cuentas de los alimentos que consumo, qué reacciones tengo y cuánto me falta por comer cada día para lograr un balance nutricional.

Octubre 2024

Los problemas digestivos no son nuevos para quienes trabajamos en el sector periodístico. Tengo otras colegas padeciendo lo mismo, en su mayoría mujeres. Los cambios hormonales y los niveles de estrés que manejamos nos hace propensas a padecer esto, lo que está sostenido de manera científica.

Si tienes otros hábitos en mente o quizás algún consejo para otras personas que procuran mejorar sus síntomas de IBS, siéntete en la libertad de compartir y comentar.

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