Hoy cumplo nueve años de trabajo periodístico.
Para celebrar, les comparto nueve aprendizajes a lo largo de este tiempo:
Cada publicación es un “paritorio”. Los periodistas y creadores de los medios no solemos explicarle a la gente cuánto leer, investigar, preguntar, grabar, editar y escribir y reescribir nos toma hacer nuestro trabajo. En cada publicación, es mucho lo que se puja.
La gerencia del periodismo tiende a ser miope. Ya sea por cuidarse las espaldas o por evitar incurrir en riesgos, editores y gerentes en el periodismo dominicano y estadounidense suelen bloquear iniciativas e innovaciones por falta de visión.
El periodismo es un compromiso con la gente a nivel personal. Hoy día, cuando los niveles de confianza en el periodismo son los más bajos en todo el mundo, los periodistas hemos aprendido que servir a la gente cuando más necesita tener acceso fidedigno a la información es una responsabilidad que pocos saben llevar. Los periodistas necesitamos hacer nuestro oficio siendo muy transparentes y estando directamente conectados con las problemáticas que afectan a nuestra gente y comunidades.
Hay sesgos que nunca se podrán eliminar. La objetividad no existe en esta profesión. Es un invento creado para que periodistas apasionados no puedan cubrir los temas que más les pesan. Y por tal razón, he aprendido que los periodistas debemos reconocer los sesgos y vicios que cada quien tiene y pasarle la batuta a un colega cuando los temas y circunstancias sean demasiado sensibles para cada quien.
La precisión de las palabras y la trasparencia son valores imprescindibles. No podemos andar con palabras rebuscadas ni domingueras. Mucho menos refiriéndonos con ideas vagas y que dejan entredicho. Hay que ir al grano, al menos que el tipo de producción que hagamos nos de esas libertades.
Tu trabajo tiene impacto en el individuo y en el colectivo. No importa si publicas una vez cada 100 años. El buen periodismo, que se hace para la gente y no para periodistas, suele marcar por lo tangible que es para la persona y por el punto de vista y conocimiento general que trata.
Cada día se vive y se aprende algo diferente. Ni modos que es considerado el mejor oficio del mundo. El roce con las memorias y la experiencia de la gente es algo muy enriquecedor y te hace crecer como una persona llena de empatía y conocimiento.
El estrés y la ansiedad se convierten en tus compañeros de vida. Los plazos demandantes y los flujos colectivos de trabajo hacen que siempre tengas que depender de otros, desarrollar excelentes habilidades de comunicación y disponer de tu atención a varias cosas a la vez. En su mayoría de veces, esto trae una carga emocional y mental muy fuerte.
El periodismo necesita reinventarse. He visto que las industrias están muy desconectada de las realidades de la gente que más necesita estar informada para tomar sus decisiones. Las gerencias tienen a periodistas (y a pseudo periodistas) haciendo labores forzosas y arriesgadas que no tienen el impacto deseado, al que terminan dando poco valor y respaldo. Se necesita una renovación completa de las estructuras de negocios, del proceso de acreditación y de las líneas editoriales -siempre independientes.
Jesenia De Moya Correa 